30.11.13

The Lovers: bendecid vuestra comida.

Capítulo 3.


Ahora el escenario es diferente, la cama de él. Es grande aunque nada de otro mundo. Hay poca luz, es lo que suele haber cuando acabas de follar y te han dicho: “no te vayas, quédate”. Ella está tumbada, se hace la remolona porque quiere llamar su atención. Él tiene hambre de otra cosa. Baja las escaleras en calzoncillos para ir a la cocina. Ella se levanta a ponerse la camiseta, le encanta ir sin sujetador, sólo con la camiseta. Él vuelve a la habitación bolsa de patatas fritas en mano y se admiran. Se encantan aunque nunca se lo digan. Llega ese momento en el que se sientan en la cama, piernas cruzadas, uno frente al otro y comen. Es gracioso ver como él le da patatas como alimentando a un pajarito, quiere cuidarla porque nunca será suya. El final siempre llega, exactamente cuando la deja con el coche a tres manzanas de su casa.
M.

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