16.12.13

The Lovers: lo de fuera ya no me interesa.

Capítulo 9.

Cuando no paras de reír el tiempo pasa más rápido. Y en la cama se lo pasan muy bien. La sábana les envuelve suavemente y el edredón les protege del frío, recostados sobre la pared. A él le reclaman, se incorpora, quedándose sentado en el filo de la cama. Ella lo retiene, le mordisquea la espalda, esa espalda. Él se revuelve… “¿qué manía tienes?”. Ella insiste… “es que parece de chocolate”. Es lo que pasa cuando se juntan dos cosas que vuelven loco a alguien. Él se gira, la mira, pero la mira bien, esa mirada que va desde los ojos a la boca y al resto del cuerpo y derrite el hielo y caldea todo frío. Ella se lanza a sus brazos, a su cuello, a sus manos, a su boca, a su cuerpo, porque no hay nada en lo que más confíe ahora mismo. Y la cama gime, gime de impotencia, de rabia y de alegría. Suspira de desesperación porque no la dejan tranquila y ella sufre, pero ellos no. Para ellos la mañana termina bien porque se termina con el beso fugaz antes de que ella se baje de su coche y desaparezca bajo el frío sol del invierno.
M.

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