18.12.13

The Lovers: sale la luna que agita las mareas.

Capítulo 10.

Al principio él besaba pequeño y follaba suave. Ella era la cara opuesta de esa luna, besaba enorme y follaba salvaje. Pero últimamente los besos cada vez son menos de él y de ella, y van siendo más de ellos. Ella tiene su ración de lengua, en la medida justa, se contiene, deja su agresividad a un lado. Él le cede un poco de su boca, la deja morder y muerde, está dejando nacer a su fiera interna. Nunca un asiento trasero había enganchado tanto como el de su coche hizo con ellos… Nunca lo habían conseguido juntos, pero esa noche de cristales empañados era diferente. Él sobre ella, ella sobre él. El ritmo cambia, suave…  tierno… despacio, fuerte… agresivo… rápido. Hasta que la bomba explota, el reloj deja de hacer tictac, la radio deja de sonar… ellos dejan de respirar. Todo se para. Suspiros, respiraciones fuertes, gemidos… Risas. Se ríen porque se divierten mutuamente, hasta en ese momento de máximo placer. Y se quedan ahí, lo hacen porque el miedo que da una cama vacía en invierno, después de ese calor que están pasando con sus cuerpos que arden hechos uno, es tan inmenso… como el beso.
M.

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